domingo, 20 de mayo de 2012

RUTA DE LOS INGLESES


RUTA DE LOS INGLESES

Lugar: Casas de Miravete. Romangordo.
Fecha: 19 mayo de 2012.
Motivo: conmemoración bicentenario batalla entre ingleses-portugueses y franceses.
Tiempo: 15º, nubes, lluvias.
Distancia: 18 kilómetros.
Material: botas, chubasqueros, paraguas.
Componentes: Andarines de La Cumbre. Juan Pedro, Manuel, Pedro Antonio, Manolo, Alberto, Jose Luis, Andrés.
Salida: 7 horas desde La Cumbre.
Regreso: 17,30 horas a La Cumbre.

Nuestro primer destino de hoy, ya que fueron varios a lo largo de la mañana,  Casas de Miravete.Una vez aparcados los coches, nos dirigimos, bajo la lluvia, al lugar de control de firmas y aprovechamos para colocarnos la ropa adecuada, ya que el cielo amenazaba con lluvías.Bajamos a tomar café con bollería al lugar indicado por la organización y mientras el político de turno hacía su discurso, realizamos las primeras fotos.
En autobús nos dirigimos al lugar de partida, donde los militares de mayor grado arengaron a la tropa, lo cual nos sirvió para actualizar conocimientos de los hechos acaecidos hace doscientos años.
Por fin, después de las nueve, bajo las bayonetas y espadas de los soldados ingleses, iniciamos la senda.
El recorrido transcurre entre encinas, alcornoques, castañas, madroños, helechos, cantuesos, enebros y todo tipo de vegetación propia de las sierras, con subidas y bajadas, caminos pedregosos, veredas y estrechas callejas cubiertas de hierba, hasta llegar a Romangordo, donde ya la vegetación es algo más escasa y se asemeja a las dehesas.
El colorido de los participantes a través de las sendas más estrechas y sinuosas, digno de cualquier museo natural.
Como en otras ocasiones, mientras en la plaza del pueblo se representaba otra faceta de la batalla, vaciamos las mochilas sobre una mesa improvisada y dimos buena cuenta del pan del pueblo, de embutidos de vaca, pavo, venado, cerdo,oveja y quesos también variados, regados, como es norma, con vinos del tiempo para regular mejor la temperatura, conversación distendida y algunos planes de próximas salidas.
Salimos los últimos con dirección a Fuerte Napoleón, convirtiéndose ese trayecto en una carrera de relevos, donde se confundieron los pasos largos para hacer fotos  con adelantamientos a otros participantes que habiamos alcanzado. No obstante, la última subida, con un desnivel significativo, se transformó en un rosario, donde cada cual subió al ritmo que pudo.
En las ruinas del fuerte, asistimos a la representación final de la batalla y pasamos un rato muy divertido con nuestra particular recreación de los acontecimientos.
Bajamos del fuerte y tomamos el autobús para llegar al merendero donde estaba previsto comer paella todos los participantes. Allí permanecimos un buen rato bajo la lluvia y,al no cesar, nos fuimos en el autobús hasta Casas de Miravete.
El cielo ya estaba transparente y decidimos volver con nuestros coches al lugar de la paella. Degustamos dicho plato, regado con refrescos, y así dimos por concluida esta movida ruta.
Paisaje maravilloso, temperatura ideal, agua inoportuna, comida apetitosa y la compañía sin comentarios.





















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