RUTA SEMANA CULTURAL SAN ISIDRO 2018
Lugar: La Cumbre
Fecha: 7 mayo 2018
Componentes: cumbreños
Equipo: micrófono, música, imágenes
Tiempo: agradable
Dificultad: nervios por la proximidad.
No voy a contar kilómetros andando. El recorrido ha sido en
coche para inaugurar la XLI Semana Cultural de San Isidro.
Por ello quiero reflejar el discurso que tuve el honor de
realizar como acto inicial de este acontecimiento festivo-religioso-cultural.
Gracias a todos los asistentes por su presencia.
HOMENAJE A NUESTRA GENTE Y A
NUESTRO ENTORNO
Gracias
a todos por vuestra presencia. En particular a Juanjo Martín. Hace un año que
hablamos de esto y para mí es muy agradable compartir con mis paisanos estos
momentos. No me resultó difícil buscar
un título y realizar un borrador que he
ido completando durante todos estos meses. Me resulta más complicado hablar y
más hoy que la emoción, los sentimientos y las personas son más cercanos.
Gracias
a la Asociación Cultural “La Puente” por hacerme participe en la inauguración
de esta semana cultural, con la ilusión de sentirme parte de este pueblo que
entre todos hacemos más grande. Fui uno de los primeros miembros de la
Asociación Cultural y me alegra que siga fomentando la cultura y los recuerdos
de nuestra localidad.
Es
difícil ser original, no lo pretendo, pero permitidme hacer un homenaje a toda
la gente, sin nombres, que nunca recibieron en público el reconocimiento
merecido por su dedicación a trazar la trayectoria de nuestra historia sin
querer, de forma constante y muchas veces, desinteresada.
Para
todos ellos, que aunque no aparezcan sus nombres en parques, plazas o calles,
si están presentes en nosotros sus recuerdos.
A
los que trabajaron tierras ajenas con el sudor de sus frentes. A los niños
porqueros, pastores, vaqueros y cabreros. A los que guiaron con acierto los
rebaños de otros para recibir un mínimo salario. A los que emigraron, dejando
su casa para volver nuevamente. A todos los que quedaron. A los que nombraron
jueces de paz porque eran buena gente. A los que volvieron con el nombre de su
pueblo grabado en su mente. A los que nacieron fuera y quieren formar parte de
nuestro presente. A los que cantaron tu nombre, pintaron tus paisajes,
escribieron para ti versos o en sus textos aparecieron tus lugares.
A
los que nos hicieron reír con sus sainetes, animaron con sus instrumentos. A
los que proyectaron tierras lejanas e imágenes de colores para despertar
nuestros sueños. A los que hicieron posible nuestra romería. A los jóvenes que
siguen bailando en las ferias canciones de siempre. A los que adornan la
Navidad, carnavales y otras festividades. A los que se los llevaron a otros
lugares para luchar por ideales que no eran suyos.
A
todos los no titulados que nos enseñaron las primeros letras, a medir los
campos y curar nuestros ganados. A los relojeros de pinzas y alicates. A los
curanderos de pócimas. A los mineros de minas pobres. A los dulceros de roscas
y golosinas. A los quiosqueros de caramelos de nata y helados de hielo.
A
los que nos llevaban a Trujillo, Cáceres, Madrid y otros lugares. A los que nos
conectaban por cable con amigos y familiares. A los que enviaban nuestras
cartas y postales con promesas, sueños y saludos.
A
los molineros de cribas y cedazos, a los panaderos de vales, a los taberneros
de vino añejo, posaderos y sastres. A los comerciantes de todo, de colonias y
piedras de mechero. A los estanqueros de tabacos y sellos. A los herreros y carpinteros que forjaron nuestras puertas y
ventanas. A los albañiles de paredes de barro. A los que hicieron tejas para
taparnos, picón para calentarnos. A los zapateros de suelas de caucho,
churreros de cesta y silbato. A los segadores de trigo y centeno. A los
esquiladores y barberos de tijeras.
A
todos los funcionarios que nos ayudaron a leer entre líneas, textos
emborronados. A los dirigentes religiosos que supieron transmitirnos valores
acertados. A concejales, presidentes y vocales de todas las asociaciones
culturales o sociales.
A
todas las mujeres que siempre ayudaron en las faenas del campo y cosieron
nuestros sueños sin pedir nada a cambio.
A
los que no pueden venir a vernos por estar nosotros aquí elevados. Una
petición, un deseo, que nuestro pueblo disponga de un local adecuado, sin
barreras y con espacio suficiente para todos.
A
toda la gente de nuestro pueblo que se han sentido orgullosos de ser de un
lugar donde nunca el tren ha pasado, hay puentes que llevan a ninguna parte,
ríos sin agua en verano, caminos cortados, cementerio sin nombre, ferias sin
ganado y romería sin tierra, ermita ni
santo.
A
todos aquellos que La Cumbre es su destino alguna parte del año porque sienten
la magia de su plaza, del rollo, de sus gentes, de sus calles.
¡FELIZ
SEMANA CULTURAL Y BUEN DIA DE ROMERÍA!
Andrés
Jesús González Redondo
La
Cumbre, 7 de mayo de 2018.