lunes, 7 de mayo de 2018

RUTA XLI SEMANA CULTURAL SAN ISIDRO


RUTA SEMANA CULTURAL SAN ISIDRO 2018
Lugar: La Cumbre
Fecha: 7 mayo 2018
Componentes: cumbreños
Equipo: micrófono, música, imágenes
Tiempo: agradable
Dificultad: nervios por la proximidad.

No voy a contar kilómetros andando. El recorrido ha sido en coche para inaugurar la XLI Semana Cultural de San Isidro.
Por ello quiero reflejar el discurso que tuve el honor de realizar como acto inicial de este acontecimiento festivo-religioso-cultural. Gracias a todos los asistentes por su presencia.

HOMENAJE A NUESTRA GENTE Y A NUESTRO ENTORNO
 

Gracias a todos por vuestra presencia. En particular a Juanjo Martín. Hace un año que hablamos de esto y para mí es muy agradable compartir con mis paisanos estos momentos. No me resultó difícil  buscar un título y realizar un borrador  que he ido completando durante todos estos meses. Me resulta más complicado hablar y más hoy que la emoción, los sentimientos y las personas son más cercanos.

Gracias a la Asociación Cultural “La Puente” por hacerme participe en la inauguración de esta semana cultural, con la ilusión de sentirme parte de este pueblo que entre todos hacemos más grande. Fui uno de los primeros miembros de la Asociación Cultural y me alegra que siga fomentando la cultura y los recuerdos de nuestra localidad.

Es difícil ser original, no lo pretendo, pero permitidme hacer un homenaje a toda la gente, sin nombres, que nunca recibieron en público el reconocimiento merecido por su dedicación a trazar la trayectoria de nuestra historia sin querer, de forma constante y muchas veces, desinteresada.
Para todos ellos, que aunque no aparezcan sus nombres en parques, plazas o calles, si están presentes en nosotros sus recuerdos.

A los que trabajaron tierras ajenas con el sudor de sus frentes. A los niños porqueros, pastores, vaqueros y cabreros. A los que guiaron con acierto los rebaños de otros para recibir un mínimo salario. A los que emigraron, dejando su casa para volver nuevamente. A todos los que quedaron. A los que nombraron jueces de paz porque eran buena gente. A los que volvieron con el nombre de su pueblo grabado en su mente. A los que nacieron fuera y quieren formar parte de nuestro presente. A los que cantaron tu nombre, pintaron tus paisajes, escribieron para ti versos o en sus textos aparecieron tus lugares.

A los que nos hicieron reír con sus sainetes, animaron con sus instrumentos. A los que proyectaron tierras lejanas e imágenes de colores para despertar nuestros sueños. A los que hicieron posible nuestra romería. A los jóvenes que siguen bailando en las ferias canciones de siempre. A los que adornan la Navidad, carnavales y otras festividades. A los que se los llevaron a otros lugares para luchar por ideales que no eran suyos.

A todos los no titulados que nos enseñaron las primeros letras, a medir los campos y curar nuestros ganados. A los relojeros de pinzas y alicates. A los curanderos de pócimas. A los mineros de minas pobres. A los dulceros de roscas y golosinas. A los quiosqueros de caramelos de nata y helados de hielo.
A los que nos llevaban a Trujillo, Cáceres, Madrid y otros lugares. A los que nos conectaban por cable con amigos y familiares. A los que enviaban nuestras cartas y postales con promesas, sueños y saludos.

A los molineros de cribas y cedazos, a los panaderos de vales, a los taberneros de vino añejo, posaderos y sastres. A los comerciantes de todo, de colonias y piedras de mechero. A los estanqueros de tabacos y sellos. A los herreros  y carpinteros que forjaron nuestras puertas y ventanas. A los albañiles de paredes de barro. A los que hicieron tejas para taparnos, picón para calentarnos. A los zapateros de suelas de caucho, churreros de cesta y silbato. A los segadores de trigo y centeno. A los esquiladores y barberos de tijeras.

A todos los funcionarios que nos ayudaron a leer entre líneas, textos emborronados. A los dirigentes religiosos que supieron transmitirnos valores acertados. A concejales, presidentes y vocales de todas las asociaciones culturales o sociales.

A todas las mujeres que siempre ayudaron en las faenas del campo y cosieron nuestros sueños sin pedir nada a cambio.

A los que no pueden venir a vernos por estar nosotros aquí elevados. Una petición, un deseo, que nuestro pueblo disponga de un local adecuado, sin barreras y con espacio suficiente para todos.

A toda la gente de nuestro pueblo que se han sentido orgullosos de ser de un lugar donde nunca el tren ha pasado, hay puentes que llevan a ninguna parte, ríos sin agua en verano, caminos cortados, cementerio sin nombre, ferias sin ganado  y romería sin tierra, ermita ni santo.

A todos aquellos que La Cumbre es su destino alguna parte del año porque sienten la magia de su plaza, del rollo, de sus gentes, de sus calles.

¡FELIZ SEMANA CULTURAL Y BUEN DIA DE ROMERÍA!


Andrés Jesús González Redondo
La Cumbre, 7 de mayo de 2018.